sábado, 30 de enero de 2016

CAPITULO 3. Las pruebas II

Tal y con lo que avanzaba hace ya tiempo, he visto cómo hay gente que pregunta en páginas y blogs sobre los problemas que puede ocasionar la exposición a pruebas. Pues bien, como se expone en los siguientes documentos, publicados por inforadiologia.org y por RadiologyInfo.org, la resonancia magnética nuclear (RMN) es mucho mejor que la tomografía axial computarizada (TAC), ya que no tiene efectos adversos comprobados hasta la fecha.



Como se ve en este primer artículo, el uso de esta prueba diagnóstica es idónea, y en el caso de la hidrocefalia para un primer diagnóstico (Todavía recuerdo cuando me enseñaron a mí la placa de RMN con los ventrículos completamente dilatados).
Sin embargo, una vez se tiene un sistema de derivación, algunas de las válvulas intracraneales pueden sufrir desajustes, como se expone en la entrada sobre la exposición de válvulas a campo magnético. Po resta razón, puede ser desaconsejable el emplear la RMN. En mi caso, sin embargo, los médicos han comentado en alguna ocasión que podría llegar a hacerse una, revisando la presión antes de la prueba de RMN para luego volver a ajustarla tras hacerla. Por suerte, no me he visto obligado a tener que experimentarlo...
 


De acuerdo con lo expuesto en este otro documento, los médicos tratan de evitar todo lo posible la sobreexposición a la radiación por TAC.

Con estos artículos, espero que los que leáis esta entrada hayáis perdido el miedo a las RMN, no así al TAC.